Las obras del Manierismo se caracterizan por alcanzar una gran técnica, en la cual se busca imitar la naturaleza y es logrado con un perfecto conocimiento de la composición, perspectiva y la anatomía humana. Se abre paso a la razón y aunque no se olvidan los cuadros religiosos, estos carecen de idea y unción mística. Pontormo, Tintoretto y El Greco son artistas reconocidos de esta época. Aquí se muestra un rostro bastante definido, con todas las partes bien hechas, gracias a un gran conocimiento de la anatomía humana.
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